Sucedió cuando menos lo esperaba, despues de haber estado tan centrado en otros temas que no me dejaban tiempo para comerme la cabeza, me di cuenta: me había hecho mayor.
Era una sensación extraña, de repente las cosas que más me preocupaban hacía unas semanas empezaban a darme igual, por primera vez podía mirar lo que me había sucedido durante estos dos años desde una perspectiva lejana, sereno, como si no me hubiera pasado a mi.
Es más, conseguí esquivar un arrebato de celos de Husk, algo que cuando era pequeño habría aprovechado para volver a dejarme atrapar. Ahora me parecía cómico haber derramado tantas lágrimas por ella, algo de críos.
No se a que se debe el cambio. Aunque parece una tontería, el cambio del color de mis zapatillas de baloncesto, del blanco que acostumbraba al negro de la ultima adquisición ha supuesto un cambio en mi personalidad.
Sumergirme en el mundo laboral me hizo empezar a tomarme mi trabajo (que hasta entonces había sido mi carrera, mis prácticas, algo de lo que no podía despegarme) como algo secundario, echar unas horas y olvidarse del tema, no implicarme en nada, evitar todos los problemas.
Ayer hablando con una amiga (mayor q yo) me dijo que me notaba muy cambiado desde que me conoció hace dos años, que sabía controlarme mucho más, y que se reflejaba tanto en mi forma de ser como en mi forma de jugar. Y tiene razón.